Las risas, los abrazos y las miradas cómplices se convierten en el centro de atención, creando imágenes que reflejan la verdadera conexión y el amor que existe entre vosotros. Este enfoque no solo resalta la belleza de la vida cotidiana, sino que también crea recuerdos duraderos que cuentan la historia única de cada familia de una manera sincera y conmovedora.
Me encanta trabajar con niños y familias mediante el juego, esto hará que cada una de vuestras fotografías aunque tengan una dirección de posado queden lo más naturales, divertidas y reales.
Tengo la grandísima suerte de trabajar en un estudio de luz natural y por ello, al trabajar con niños crea un ambiente cálido y acogedor que resalta la belleza y la inocencia de la infancia. Aprovechando la luz suave y difusa que entra por los grandes ventanales, estas sesiones permiten capturar la esencia auténtica de los pequeños, sus sonrisas espontáneas y sus expresiones curiosas y en libre movimiento. El uso de luz natural no solo realza los colores y las texturas, sino que también crea una atmósfera mágica que invita a los niños a sentirse cómodos y a ser ellos mismos. Así, cada imagen se convierte en un retrato lleno de vida y emoción, preservando esos momentos fugaces que son tan valiosos en el crecimiento de los más pequeños.
Mis sesiones de exterior siempre son en la mágica luz del atardecer, envolvente, suave y con un resultado siempre delicado.
Además los niños pueden sentirse todavía más libres y relajados para disfrutar del ratito de sesión.